Medicalizados e idiotizados

pastillas-medicamento-pepasEn la sociedad que vivimos tan ajetreada, tan veloz y en pleno proceso de decadencia, no solemos pararnos mucho a pensar, primero porque no nos da tiempo, y segundo porque llegamos cansados a nuestras casas. Pero si nos finjamos en los estudios más recientes sobre salud mental de la población, el número de enfermedades mentales se ha disparado a pasos agigantados, sobre todo en las grandes ciudades. No es de extrañar escuchar que una persona está recibiendo tratamiento para la ansiedad, o por una depresión, pero esas son apenas dos de las enfermedades que conlleva vivir en una sociedad demente como la nuestra, en la que el espíritu es algo vacío, inexistente, vanalizado y sobre todo nos han mecanizado y medicalizado por completo.

Pero no se preocupen ustedes, para eso el sistema tan maravilloso que tenemos, tiene la solución, lo dicho: medicalizarnos. Toneladas de antidepresivos, ansiolíticos y ¿cómo no? pastillas para evitar alucinaciones o paranoias con las que se están tratando muchas personas que, según salud mental, sufren algún trastorno. Para ellos todo vale, hasta fabricar un nuevo trastorno que precisa de sus fármacos, la mayoría de ellos en pruebas por cierto, así que somos sus conejillos de indias. Atrás quedaron las terapias de grupo o charlas con psicólogos para tratar pequeños males que evitaba que se derivase en casos graves. Directamente nuestro sistema quiere solucionarlo todo con pasillas, un rendimiento económico más para este sistema capitalista, que mantienen la mente dormida impidiendo que ese ser humano inadaptado a esta sociedad de problemas.

Esto que les cuento no es una exageración, ¿quién no conoce a algún amigo o conocido que esté siendo tratado?, y podemos observar cómo han quedado tras esos tratamientos, su capacidad mental ha disminuido, sus habilidades, ya no serán nunca más las mismas personas que antes.

Pero ahora viene la pregunta ¿Por qué este sistema es tan dado a que se receten estas pastillas en vez de tratar problemas psicológicos con ayuda de charlas en grupo o con un experto en salud mental, o quizá con salidas de la ciudad para restablecer su equilibrio natural a la mente de esas personas? Está demostrado que el mejor tratamiento a dichas enfermedades está precisamente en el desconectar del mundo actual y sobre todo, abandonar las mega ciudades, esos monstruos de alquitrán bajo el cual las personas se asfixian y enferman a consecuencia del modo de vida que sufrimos. No es de extrañar que a este sistema le interese mantener a la población en ese estado, adormecidos, mientras suceden a su alrededor cosas nefastas y negativas, mientras nos roban, nos anulan la rebeldía, nos domestican desde el vientre materno, de no ser así el pueblo podría un día despertar del engaño y salir de las casas a darle justo pago al sistema que le nos han impuesto.

Estas enfermedades que han salido a la luz en los últimos años, no están provocadas por que en si el hombre sea un ser enfermo, sino por el medio antinatural en el que estamos viviendo en la actualidad, un mundo lleno de horrores, sin valores y que cada día parece más una película de ciencia ficción de terror que una realidad que nos dé la posibilidad de combatir, y es normal que muchas personas ya no distingan la realidad de la ficción y comentan actos atroces incluso sin darse cuenta de que han sido ellos los que lo han realizado, pero ¿Por qué nos dejamos aun convencer por este sistema y consumismo, su basura? Es normal que no encontremos salida y más en esos momentos en los que tu mente torna insoportable esta sociedad hostil a la diferencia, a lo que sale de sus normas. Es normal que desees destruir todo a tu paso, eso es porque no nos hemos parado a tiempo, no hemos reaccionado, no hemos tenido tiempo para ello, ya que eso es precisamente de lo que este sistema se guarda. El tiempo de reacción primaria es un momento de ansiedad, es lo previo a la reacción, pero el sistema te empastillará a tiempo, la rabia, la ira contra su sistema construido, su “sociedad” es clasificada como enfermdad. Si eso no hiciera efecto directamente quedarías o quedas apartado de la sociedad, pero lo que no te dice el médico es que el consumo abusivo de los ansiolíticos provoca depresión y que el de los antidepresivos provoca esquizofrenia y problemas mayores, y que el abuso de medicamentos para la esquizofrenia destroza totalmente tus habilidades y cualidades motrices y psicológicas, elimina tu capacidad de razonamiento. Como ven es un círculo vicioso dispuesto para anular al inadaptado social, esté o no realmente enfermo, no importa, ya los enfermará sus medicamentos hasta anularlos.

Pero no se asusten porque para todo hay salida, y la salida es muy sencilla y fácil, basta con, de vez en cuando, coger el coche, mejor a bicicleta, y desparecer de las ciudades, apartarse y reconectar en un sitio tranquilo preñado de naturaleza, ya sea montaña, campo o playa, hay para elegir, tenemos ofertas que no son tan caras como los hoteles, y es comunidades o eco-pueblos, que acogen apersonas de distintas ciudades que buscan desconectar de la sociedad en la que vivimos ¿existe mejor manera de procurar descanso a tu mente y volver a casa con una buena armadura frente a su decadencia?. Aunque mi opinión real es la del abandono por completo de dichas ciudades, no solo vacacional o momentáneo, mi futuro está en volver a vivir en un pueblo o en el campo donde la tranquilidad que habita allí es lo más saludable para mi y mi familia, algo que no podemos encontrar en la vida que ofrecen sus mega-ciudades, visitarlas solo cuando realmente sea necesario, por ejemplo un acto cultural… Pero eso ya es algo que dejo a su libre elección, recuerden que al sistema le interesa que estemos sometidos a sus drogas, ya sean legales o ilegales, ya sea por receta médica o por consumición propia en un bar, o enchufados a su tecnología olvidando el trato humano directo, por eso os animo al abandono de las grandes ciudades, donde somos un ejército de esclavos que enferman poco a poco, nuestra salud y equilibrio está en volver a ser libres en el medio rural, somos seres naturales, no un subproducto del capital.

Pablo Alcaráz

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